Romances modernos


Escribimos Romances modernos.
Lo que sigue son algunas de las grandes obras de estos pequeños autores.

Al principio parecía imposible pero al final salió, y ¡Cómo salió!

Romance del enano del palacio

El enano más enano
un enano yo tenía
él tenía dos patitas
el enano que tenía.
Con su mirada pequeñita
me miraba y se reía.
Lo visitaba día a día
al palacio que él tenía.
El tenía un problemita
un problema, que no quería
ver a la gente más alta
a él, muchísimo le dolía.
En el camino al palacio
mucha gente lo veía,
se sentía pequeñito
y se moría de envidia.
Él me pidió mucha ayuda
para ver cómo lo resolvería
le ofrecí una linda venda
con la que a sus ojos taparía
Él me preguntó una cosa:
para qué, la venda servía
yo contesté a su pregunta:
a la gente alta no vería.
Él luego me respondió:
que contento se sentía,
y con su preciosa venda
al palacio se dirigía.
De camino a su palacio
mucha gente le decía:
"miren el pequeño enano",
el enano que tenía.

Autoras: Ana Paula y Valeria



Una historia de verano
una historia yo tenía
me la contó mi tía
mientras yo me dormía.
Un político fachero
gustaba de mi tía
y el deshollinador
decía que la quería.
Unos anteojos ella tenía
y recuperarlos ellos querían
Pero ellos no podían
porque al agua los tiraría,
como al agua le temían
se lo fueron a comprar,
a comprar al oculista.

Autores: Facundo, Rodrigo y Sol.


Un hombre muy realista
caminaba en el palacio,
se encontró con un enano,
que dormía en un piano.
Como el hombre no creía,
cosa tan maravillosa,
lo convirtió en un paraguas
hechándole un poco de agua.
El hombre muy apenado,
volaba por el barrio.
Se encontró con un herrero
en el mes de febrero
al escuchar lo ocurrido
lo envió con un amigo.
El soldadito de plomo,
que ni lerdo ni perezoso
decidió ayudar al paraguas
mientras se pintaba la cara.
El soldadito intentó
pero no lo logró
¡Pobre paraguas!
su poema no tiene solución
pero una idea se le ocurrió
y una novia consiguió.
Como no hay más nada que contar
de esta historia, es el final.

Autoras: Agustina, Malena, Julieta y Guadalupe.


Un fantasma en el mañana
muy coqueto se vestía
para salir con su novia
la dama de la poesía.
El fantasma encantador
le cantaba una melodía
y en cada verso a la dama
el corazón le latía.
Pasaron por un jardín,
el fantasma de alegría
tuvo ganas de saltar
pero se dio cuenta de que no debía
al ver a la dama
por su tristeza, el fantasma
ganas de sentarse tenía.
La dama triste estaba
porque el fantasma solo se sentía.
La dama saltar quería
y el fantasma la invitó
y en una florería
un bello baile se armó.

Autoras: Celeste, Antonella B. y Yésica.


En una noche oscura
done brillaba la luna
una reina, melancólica,
salió de entre la bruma.
Se dispuso a tocar su piano
y una lágrima cayó, repentina
sobre el brillante teclado.
pero no habrás de escaparte,
porque con mi magia en un paraguas
habré de hechizarte".
La reina desesperada
quiere correr a avisarle
a su esposo que está en cama
para que venga a rescatarle.
Pero no llega a destino
la noche se hace día
y sobre el polvoriento piso
un paraguas yacía.
Una joven criada
que las compras debía hacer
tomó el paraguas y se fue.
Afuera el ocaso asomaba
y a una estrella que por allí pasaba
pidió el deseo de ser humana.
Un cielo empezó a lloviznar
y el paraguas a llorar.
La estrella, temerosa
se arriesgó a acercarse a pesar
de que el agua la podía apagar.
"Estrellita que en el cielo estás
ve si me puedes escuchar
una humana quiero ser
para poder reír,
para poder llorar,
para poder sentir,
para poder soñar.
La estrella escucha su ruego,
su deseo iba a cumplir,
pero tarde ya era
porque al levantar la mirada
la criada ya no estaba.
La buscó por todas partes
por las esquinas, por las calles.
Pero al no poderla encontrar
en su cielo se tuvo que quedar,
y su sillita de asteroides,
por mil años descansar.
La criada tropezó
y en la calle se cayó.
El paraguas, en silencio
a los pies de un loco, llegó.
Y éste, preso de su locura
en mil trozos lo partió.
Ya se va la reina
ya se va para el cielo
y mira a su alrededor
con sus ojos de hielo.
Destruye el piano
donde el soldadito ha de dormir,
con un rayo interrumpe,
y el estruendo se hace oír.

Autoras: Leilén, Cecilia y Alén.


Un chocolatero cocinaba chocolate
junto a su amigo herrero
el cual era su amante.
Juntos salían a pasear
y a monedas buscar.
Un ascensor lograron encontrar
y a un planeta extraño llegar.
En él, muchos zapatos había
y una linda melodía
se escuchaba todo el día.
Un zapato brilloso hallaron
y en él muchas monedas encontraron.


Autoras: Aldana y Oriana M.


¡Le temo al agua!
yo soy un médico,
un médico especial.
Yo le temo al agua
y no me quiero bañar.
No sé por qué será,
yo le temo al agua
y no me puedo acercar.
Yo le tengo miedo
desde mi corta edad.
Y esto es en verdad
yo no creo que esto
no pueda pasar.
Yo le temo al agua
y eso nunca cambiará.

Autoras: Jimena, Antonella G. y Oriana B.


Algunos olvidaron ponerle un título. ¡A pensar! Si quieren envíenlo por acá y lo subo.

¡Mis felicitaciones!

De regalo, el video de Les Luthiers para volver a reír!



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